En estos tiempos, de video-juegos e internet, resulta difícil suponer que los chavales, en especial los adolescentes, se refugien en los libros para buscar fuentes de entretenimiento o placer.
El hábito de la lectura no se adquiere por arte de magia, sino que es el resultado de una serie de factores que creen un ambiente propicio para la formación del futuro lector. Y estos factores deben provenir del ambiente familiar:
a) La presencia de libros en el hogar contribuye a establecer en el niño vínculos con el hábito de leer. Es natural que el pequeño empiece por imitar a sus padres cuando estos están leyendo.
Los padres que dedican poco tiempo a la lectura se encuentran en desventaja a la hora de exigir a sus hijos que se aboquen a ella.
Por lo tanto el primer paso es concientizarse sobre el valor del hábito de leer y, una vez logrado, tratar de servir de modelo a sus propios hijos.
b) Aunque resulte difícil debido al ritmo vital que padecemos, es imprescindible que los padres dediquen parte de su tiempo a compartir los momentos de lectura con sus niños. En la infancia es necesario leerles con la mayor expresividad posible para que el pequeño , al escuchar, desarrolle su imaginación; más adelante cuando el niño ya se ha convertido en un lector independiente bastará con participar o intervenir en comentarios que permitan corroborar si ha comprendido lo leído.
Hay que tener siempre presente que la lectura, además de un hábito, es una actividad intelectual que se manifiesta claramente al interpretar el texto y reconstruir su significado.
c) Es conveniente destinar en la casa un espacio apropiado para los libros. Este puede variar desde una valiosa biblioteca a una simple repisa. Lo importante es que los pequeños adviertan que estos huéspedes ilustres tienen su propio sitio en el hogar.
d) Seleccionar los libros de acuerdo con el gusto y la maduración del niño es otro de los requisitos a tener en cuenta.
e) Es importante tener siempre presente que la base del aprendizaje es la lectura. Hay que procurar que internet no cambie el hábito de los niños ni tampoco el de los adultos.
Son indiscutibles las ventajas que este medio puede ofrecer; pero también hay que tener en cuenta que la información que se puede bajar por un ordenador, sólo es provechosa si se la interpreta correctamente. Un buen lector podrá lograrlo fácilmente.
Por otra parte, es conveniente que los papás controlen la información a la que puedan acceder sus hijos, ya que no todo lo que se encuentra en la red está destinado a ellos.
Conectar las escuelas a internet no debe ser, por ahora, prioridad en nuestra Educación, sino equiparlas de buenas bibliotecas, provistas de ejemplares suficientes como para satisfacer todas las necesidades.
estoy completamente de acuerdo con este articulo, yo leo bastante desde muy pequeñita gracias a mi madre que es una gran lectora y nos lo inculco desde bien pequeños
ResponderEliminarun saludo